Blogia
H. Zynisch y los papeles del timonel

Aún más abajo en la espiral

Aún más abajo en la espiral Siempre me ha gustado ese título, incluso antes de haber pensado en su extraña traducción. La espiral, esa curva que se enreda en sí misma para terminar en un vórtice de nada. Bueno, no, para perderse en un vórtice; lo que ocurre más allá es una incógnita. Me parece una metáfora acertada de la sociedad. Un movimiento acelerado hacia un centro desconocido. O una expansión que se aleja, sin rumbo, de su propio origen. En el fondo, nada más que dar vueltas alrededor de un punto. ¿Y qué es lo que importa? ¿las vueltas dislocadas o el punto inerte? Quizás ambas.

La semana pasada noté un parón generalizado en mi Internet, es decir, el vecindario que visito. Mis blogs imprescindibles se congelaron, y yo, sin quererlo, me quedé contagiado. Tengo la disculpa de que estaba protestando por los Google Ads, o admirando el David en Florencia, pero había algo más. El impulso alrededor de mi eje estaba detenido por influencia de los demás movimientos extintos. Si nada ocurre en mi esfera, nada ocurre en mí; si nadie se comunica, nada quiero comunicar. Extraño, pero a veces cierto. Me ha hecho pensar en el sabor de una mano dolorida.

Hace unos días, iba caminando de noche por una estación de tren. En realidad, caminaba por los raíles para salir por un paso a nivel cercano, para acortar el camino de vuelta a mi habitación, como hace casi todo el mundo. Iba caminando, rezagado al final de un pelotón de pasajeros apresurados, pensando en cómo influyen las ideas de unos en las actitudes de otros. En el viejo sueño de fabricar una revolución silenciosa apilando pequeños actos que despierten conciencias en el entorno privado. Quizás escribiendo --pensaba. Lo que leemos nos transforma, nos da fuerzas, o nos desilusiona, o nos completa. Consigue alterar nuestras opiniones en base a las opiniones alteradas de otros. Una espiral de confluencias. Una enmarañada red de interacciones. La razón por la que si ella o él o ellos no se actualizan, yo acumulo desgana en mi pequeño lugar. Iba pensando esto mientras miraba con atención los raíles para no tropezar. Al cruzar el último, calculé mal el salto y caí de rodillas del otro lado. De pronto estaba jugando en la parada del autobus con otros niños de mi colegio y me caía. Olvidé las ideas geniales que deberían estar en ese libro necesario para cambiarlo todo. Ya no había tramas ni diálogos en mi cabeza, sino la misma sensación de torpeza de cuando era niño que volvía, quince años después de haber sido olvidada. La mujer negra que iba delante mía se dio la vuelta y se quedó mirando. Era la única que se había dado cuenta y se quedó allí, mirando, preocupada. No dijo nada, pero se quedó allí, y era como si la madre de uno de aquellos niños que jugaban conmigo hubiese venido a levantarme y sacudirme el polvo de las rodillas. Me levante y le dije el "todo va bien" de rigor con una sonrisa. La mano me escocía pero no sangraba, simplemente se hacía notar y me gustaba. El sencillo hecho de que aquella mujer se preocupase un instante por mí había cambiado la situación. ¿Qué utilidad tenía entonces un libro? ¿No sería mejor mirar con preocupación y dulzura a quienes lo necesitan? ¿No sería mejor volver al mundo de este lado de la pantalla, a mostrar sonrisas y tender manos? Siempre preguntas sin respuesta. Sin respuesta para mí. Muchas otras personas lo tienen más claro y se lanzan a sus sueños con más decisión. T h e n i t h i t m e [razón] es un maravilloso ejemplo [vía]. Pueden encontrarse muchos más aquí.

Y es por culpa de esta incoherencia, de encontrar entre bits las razones para salir de ellos, que sigo escribiendo estos papeles que nadie lee. La vieja diatriba entre el mundo real y la ficción interior/exterior sigue su curso. Aún más abajo en la espiral.

For instance? Well, for instance, what it means to be a man. In a city. In a century. In transition. In a mass. Transformed by science. Under organized power. Subject to tremendous controls. In a condition caused by mechanization. After the late failure of radical hopes. In a society that was no community and devalued the person. Owing to the multiplied power of numbers which made the self negligible. Which spent military billions against foreign enemies but would not pay for order at home. Which permitted savagery and barbarism in its own great cities. At the same time, the pressure of human millions who have discovered what concerted efforts and thoughts can do …

Herzog, Saul Bellow [vía]


[Imagen vía]

1 comentario

Leyla -

Yo ya no sé ni por qué actualizo, supongo que me he enganchado a mí misma, en esa espiral de la que hablas, que en realidad son varias alrededor del mismo punto, y cada una de ellas, un ciclo vital.
Como ya te dije una vez, sólo el pudor me impide contar lo que verdaderamente me importa, y supongo que esta manera de disfrazar la realidad en los blogs es como una terapia.
Y es un placer los encuentros que esta terapia colectiva propicia. Quédate más de una temporada. Yo de momento me instalo en esta parcela pública de vida que has creado desde Milano! (Tu "aventura bloggera" es genial!). ;-)