La tempestad
Aunque sé que no es una disculpa válida, lo cierto es que a veces las circunstancias obligan. Decidimos nuestras vidas y tejemos lentas espirales a nuestro alrededor hasta que, sin saber cómo, estamos atrapados en una deshilachada tela de sueños inconclusos, entre un pasado razonablemente imperfecto y un futuro tan indeciso como esperanzador. Pero siempre hay una salida del laberinto para quien quiere buscarla. Y yo la estoy buscando.
Lo que quiero decir es que este timonel no ha abandonado todavía el barco; sin embargo, la mar está inquieta y apenas tiene tiempo para recluirse en su camarote a recopilar los papeles del capitán, que tampoco abandona. Quizás varios días, quizás unas semanas, pero igual que toda tempestad acaba por morir entre los juguetes de un niño en la playa, la tinta volverá a correr fresca entre los iones teletransportados de tu pantalla. No ha llegado todavía el momento de que todo termine [aquí]. No abandoneis, os pido, este Titanic sin brecha que todavía navega. No cojais los botes, todavía hay vida.
Lo que quiero decir es que este timonel no ha abandonado todavía el barco; sin embargo, la mar está inquieta y apenas tiene tiempo para recluirse en su camarote a recopilar los papeles del capitán, que tampoco abandona. Quizás varios días, quizás unas semanas, pero igual que toda tempestad acaba por morir entre los juguetes de un niño en la playa, la tinta volverá a correr fresca entre los iones teletransportados de tu pantalla. No ha llegado todavía el momento de que todo termine [aquí]. No abandoneis, os pido, este Titanic sin brecha que todavía navega. No cojais los botes, todavía hay vida.
2 comentarios
srpause -
mas apertas dende Scotland
Leyla -